¿Humedales en peligro?
A saber, los humedales son el sustento de la biodiversidad y ésta, el fundamento de toda vida existente en el planeta. También es una verdad el hecho de que, la ocupación urbanística de espacios naturales conlleva el fin de esa biodiversidad y, en conjunto con otros diversos factores, el pronto fin de la vida humana y de otros miles de especímenes vivos en el planeta.
La playa de Coñaripe y los afluentes del lago; esteros, río Llancafiel y Estero Seco, ademas da las napas subterráneas al lago se decantan en las orillas del lago y forman un gran humedal. Humedal que, dadas las aspiraciones inmobiliarias, turísticas y comerciales se ha convertido en elemento de diversos conflictos.
Los conflictos
El primer conflicto es la no definición técnico científica del mismo. No está claro qué es humedal y qué no. Cuál es el área que lo conforma y si su valor ambiental supera los intereses de quienes aspiran a ocupar este territorio con fines no esclarecidos hasta la fecha
El segundo conflicto es la propiedad territorial basada en la ocupación y toma de territorio por diversos grupos de interés. Sabemos que, desde el punto de vista histórico, el lugar era un espacio más del que habitaban comunidades indígenas; sin cercos, sin deslindes sin levantamientos de poblaciones o villorrios estables. Mas bien un lugar de paso, de efectuar algún ritual o de recolectar u obtener beneficios esporádicos de la naturaleza allí generosa.
El tercer conflicto es el complejo de intereses económico y el modelo de producción y ocupación de la tierra y los espacios en función del lucro y la ganancia turístico-comercial. Esta comienza con la apropiación de áreas o bien la adjudicación con fines sociales o culturales por parte de especuladores políticos y finalmente termina en la instauración, por costumbre impuesta, poblacional o habitacional, sea esta permanente o de temporada.
¿Son humedales o no?
Por ejemplo no se sabe si es o no es humedal el terreno, perteneciente o adjudicado o de beneficio de la iglesia católica de 100 hectáreas de terrenos entregadas bajo la modalidad de Concesión por el Ministerio de Tierras y Colonización del Gobierno del Presidente Pedro Montt en el año 1909 al representante de la Iglesia Católica de aquellos años, Prefecto Apostólico Capuchino Bucardo María de Rôttingen, quienes desde esa fecha hasta hoy han mantenido, a grandes rasgos, sin tocar. Hoy, ese terreno, está siendo reclamado por los comités de vivienda Paraíso, Nuevo Coñaripe y Jardines de Coñaripe.
Cabe hacer notar que, por su ubicación frente a la playa de Coñaripe, esos terrenos, desde un punto de vista mercantilista, superan con creces lo imaginable. Son, a decir en vulgo, el filete turístico de Coñaripe.
Desde el punto de vista social, comercial, histórico no tiene justificación destruir un humedal para instalar una cabaña de vacaciones, un camping o un estacionamiento. Eso sería una aberración y la mejor forma de «aserruchar la rama en que estamos parados». Si es un humedal, se debiera proteger, mantener y ser la fuente de sustento de la salud del lago y de todo el entorno que lo rodea. Será obra entonces de la autoridad técnica, de la voluntad política y de la conciencia ciudadana definir si los terrenos que le fueron concesionados a la Iglesia en 1909 son o no humedales y luego establecer qué hacer con ellos.
He aquí una plataforma virtual colaborativa para hacer un catastro de los humedales en Chile.